domingo, 28 de mayo de 2017


BICICLETAS

Rodando los días.

Refilando el gris
de los álamos,
las sombras. 

Camino del río.
Abriéndose al paso
con las piedras,
el tiempo.

Soñando los días.
Pensando el otoño
en las últimas luces, 
los días por venir.

lunes, 15 de mayo de 2017






Contemplación del Limay

Corriente mansa va fluyendo hacia la nada.
Desde mi orilla la contemplo
alucinada.
Sus movimientos francos y contínuos
mesen mi mirada, la hipnotizan.
Juega con el sol y cambia de colores:
primero verde, después barro, después oro.
Juega con el viento y resuena
en las orillas con las piedras
en el centro con los pájaros, con el cielo.
Tan tranquilo, tan sereno, tan inmutable,
pasa dejando, altivo, un reguero
de vida y de muerte.

Vida y muerte representa
y es la vida que emerge
la que recibe a la muerte.
Desde mi orilla lo contemplo,
anhelante.

Fascinante surcar.
Fascinante verde, barro, oro.
murmullos milenarios me llaman
me adentro a su centro, en lo profundo
abrazo con cada brazada
la mágica energía, sus correntadas
buscando vida sé
que busco muerte.
Pero eso ya no importa cuando estoy en su centro.
Tan tranquilo, tan sereno, tan inmutable,
me dejo encantar con sus sonidos.
Desde la orilla me contemplan

árboles y piedras silentes.

lunes, 8 de mayo de 2017





REQUIEM PARA HORMIGAS


Vuelta a casa y ahí estaban.
Cadáveres colgando de las sábanas,
sobre la alfombra,
en los mosaicos,
arrollados sobre sí mismos
en la fría madera del piso.
Qué imagen, qué espanto, qué pena:
ayer tan vivas y hoy tan muertas.
Ayer inundando mi espacio, dueñas de todo,
irascibles, hincando sus dientes en mi carne,
demostrando poderío;
hoy pura ruina, pura destrucción.
Ayer silenciosas y letales.
Hoy solo silencio.
Hoy sólo cadáveres, cadáveres
desparramados por doquier.
Mi casa se ha convertido en un cementerio,
mi cama  en una tumba.
Las veo ahí, inertes y me parece surrealista
.
Trato de reconstruir sus últimos minutos, lo hago,
pero apenas puedo: todo es tan confuso...

Recuerdo el dolor, el pánico,
las corridas, la llamada,
el resoplido constante,
susurros y nada.
Después de eso nada.
¡Ah! sí, la huida, la necesaria huida
que ese vértigo y esas náuseas me generaban...
 quizá hubiese una imagen más en el medio de ese caos,
es posible,
pero es inútil, esta velada.
Ayer... 
sólo sé que  no volví la cabeza atrás.

Hoy me dirigí temerosa a ver qué había quedado.
Solo encontré olor a muerte y a veneno.
Y cadáveres.
Y también silencio, interrumpido por una gotera en la cocina.
Supe que volví a limpiar la escena
en cuanto me paré en el marco de la puerta
y aprecié el desastre.
-No es tu culpa-
me dije.
-No lo es.
No lo es.
-No lo sé.

Envuelvo sus cuerpitos duros en las sábanas,
y mientras lo hago, el desastre:
entre los lienzos, de repente, 
una sobreviviente
testigo de la matanza.
Y entonces el pánico de quedar en evidencia,
tiemblo, me desespero,
-¿Qué hago?
¿Qué hago?-
 Se desata la locura y  el sadismo
y la termino,
con mis propios dedos...

-Sí...
Sí.
Es el fin. 
La reúno con sus hermanas,
en un acto solemne de piedad
para que no se sienta sola...
Con mis propios dedos.

Y ya está. Eso es todo.
O casi.

Como acto postrero, dos:
las devuelvo a la tierra,
para que desde donde sea que estén,
vean que no soy rencorosa;
les escribo un réquiem,
para que tampoco ellas

me guarden rencor.

domingo, 7 de mayo de 2017


PUERTAS (2x1)

Al volver las vi caer,
una vez más dejando atrás,
el recuerdo de lo que fue.

Con esa estúpida rapidez,
que una y otra vez,
nos impide ver lo que fue.


miércoles, 3 de mayo de 2017


      Cacería de Patos

La del ser, no la  del hombre para con el otro,
Soledad que arrecia el caserío. 

Páramo del desconsuelo,
Irrumpe en el paraíso de la verde producción…

 Transcurre la vida,
Por la inercia de lo que nos tocó…

¿Dónde está Juan?… ¿De qué patos me hablás?…
Ya no hay patos pa’ la cacerola… No le hablo de patos, le hablo de Juan.
¿De qué patos me hablas?… ¿Dónde está Juan?
Patos hay en la laguna… ¡Y seguirán en la laguna!

Vieja casa de adobe y silla de mimbre.
Atrás queda el viejo.

Sin premura y con seguridad de su camino,
Avanza Jeremías hacia las lagunas.

Ruido de piedras pateadas…
Mirada en el piso y pies que no se detienen.
Irrumpe en la obligada tranquilidad

      Pesados mis parpados. Camino en imágenes difusas alrededor de gigantes verdes y pequeños ocres negruzcos a mis pies.
No puedo dejar de pensar en  lo inevitable de las cosas,  y  la muerte que se disfraza de tarde… ilusos en pensar, crédulos de historias fáciles que no lo ven… la muerte nos envuelve, nos retiene y nos cambia… con cada parpadeo,  un pensamiento… y la muerte, siempre presente, nos obliga a cambiar…

La leve pendiente del camino,
Impone el ritmo hasta llegar.

Postal de resignación…

 Y con el mismo silencio…
Retrocede el  totoral,
Ante su seguridad…

¿No pensás hacer nada?…  ¿Respecto a qué?
Lo de siempre, los patos…No, no pienso hacer nada.


Estruendo… ruptura abriéndose paso.
Con el sucumbir del disparo,
Sobrevive el silencio…

Como los patos…
No son los mismos de antes.
Resisten…


Solo veo cadáveres que caen, imagen repetida de estas horas. Perros que nadan y traen la presa… irónico final para el que resiste, un último suspiro en las fauces del que sin pensar,  obedece… Juan, el rifle y yo… estáticos… imagen repetida de estas horas.
           
La muerte, lo impuesto.
Escapan sin escapar,
Resisten…

Resisten su condición,
No abandonan  su lugar, a los suyos…
Resisten…

Mis bolsillos llenos de pensamientos, por no matar a los que resisten, por no acabar con los que quieren ser… por los que resisten aún no sabiendo el porqué…
Bolsillos llenos de pensamientos que no harán más vacías las cacerolas…
Bolsillos llenos de pensamientos, prestos a ser disparados por años de sometimientos y cacerolas vacías…

¿Pensás hacer algo?… Escapar
Estado de ser
Estado de sitio
Estado de ser, sitiado
por el miedo,
por el caos
por la gula.
Estado de ser situado
a duras penas en un rincón
de la pieza
vacía de palabras,
llena de fantasmas.
Estado de alergia desatada
que propugna por volver
a la congestión nasal tu dueña.
Estado mediocre
que corta las amarras
cada vez que puede
para huir
o hundise.
Estado de ser estado
viviéndoselo algo
bebiéndoselo alguien
imposibilitado de levantar
la voz
la cabeza
para hacer el gesto
que demuela la demencia
que rearme lo que estaba
dentro del cascarón
casi vacío.
Estado idiota
que espera

la revancha.

lunes, 1 de mayo de 2017

Ya no sé si fue cierto.

A veces cuando despierto

veo nuevamente sus rostros,

incitándome a la locura.